La observación
clínica sigue siendo un tema polémico en psiquiatría. No obstante los variados
cuestionamientos a que es sometida y los avances de la aparatología diagnóstica
sigue en pie, mostrando su eficacia y la imposibilidad de ser reemplazada por
sofisticados ingenios mecánicos, que jamás podrán sustituir a aquello que
Jaspers Ilamó «la intuición de la totalidad». Es ésta una capacidad de la mente
humana, que permite unir elementos dispersos para construir un todo, que lo
integra en una síntesis capaz de generar un diagnóstico preciso del trastorno
que aqueja al paciente. Esa globalización que se constituye en un nuevo objeto
de conocimiento no es captable a través de la mera descripción de los síntomas
y otros hechos aislados que pueda presentar el asistido.
La observación
médica es un acto médico complejo que se desarrolla en tres momentos
consecutivos, aunque por exigencias didácticas los presentemos separados: a)
Inspección y examen pormenorizado del paciente. El objetivo es descubrir su
modo peculiar de estar en el mundo. b) Investigación de las quejas sintomáticas
y de los signos patológicos que presenta el paciente. El objetivo es adquirir
un conocimiento cabal del trastorno que lo afecta. c) Establecer fácticamente
una relación terapéutica con el paciente. El objetivo es reunir e interpretar
los signos recogidos para formular un diagnóstico y un pronóstico que den
cuenta del estado en que se encuentra el paciente y de la evolución que tendrá.
Cumplidos estos recaudos se fornlulará el plan terapéutico y se seguirá la
observación clínica a través de la relación médico-paciente que se tratará de
profundizar.
Editorial publicada en Acta Psiquiátrica y Psicológica de América
Latina. 2001, 47(3):197-200.
Buenos Aires – septiembre 2015
ISSN 0001 - 6896 (impresa) / ISSN 2362- 3829 (en línea)